Bueno, he abierto nueva categoría con Mis Escritos, donde he metido los articulillos que me han publicado en alguna revista o portal de noticias, pero de paso voy a meter mis relatillos cortos y creaciones varias…
ahí va este primero, que le dedico a mis dos musas de la inspiración, Paolilla y la Salamandra, en todos sus sentidos.
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Tantas veces andamos a oscuras sobre nuestro camino en la vida, que no nos damos cuenta de lo que podemos aplastar con nuestros pasos.
Las lluvias gallegas están siendo contundentes este mes de marzo, y hasta la luz eléctrica tiene miedo de las tormentas. Acabábamos de quedarnos a oscuras y Paola comenzaba a inquietarse. La oscuridad en un lugar desconocido quizá le ilumine sus miedos, y no siempre nos sentimos fuertes para enfrentarnos a ellos. Como vi que, en ese momento, la batalla no estaba equilibrada, decidí ir al coche a por mi linterna para que ella pudiera quedarse más tranquila.
Las nubes se abrazaban con tanto ahínco que ni un rayo de luz de luna se colaba por ellas. Así que a tientas, llegué al coche y encontré la linterna. Volvía sobre mis pasos cuando de repente volvió la luz en todo el recinto. Y justo delante de mí, allí donde mi siguiente paso iba a ser dado, una preciosa salamandra me contemplaba cauta desde el suelo.
Podrías haberme pisado sin ni siquiera darte cuenta – pensaba ella. Podría haberte pisado, sin ni siquiera darme cuenta -pensé yo. Sin ni siquiera darnos cuenta, podemos pisar las cosas más hermosas cuando caminamos rápido, deseando escapar de la oscuridad.