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Hombres feministas y cánones de belleza femenina

Posted by on 10 septiembre, 2014

Pues estaba yo un día viendo una peli con un amigo, la de Lobo de Wall Street. En sí la película transmite perfectamente un mundo puramente androcéntrico y desde luego no pasa ni de coña ningún test que indique ni ligeramente que transmita valores de equidad de género. Las mujeres que salen, están para ser folladas y estar muy buenas, que no os olvidéis que es nuestra misión en la vida. y eso lo sabes desde antes de darle al play. Te vas a encabronar porque no es que tengas gafas violeta, sino que llevas implantes en la retina. Pero te preparas para ver otras cosas interesantes que pueda transmitir la peli.

Aunque vayas preparada, al igual que lo que nos pasa a ese 85% de mujeres que se sienten peor con su cuerpo y su autoimagen tras ojear 10 minutos de la típica revista Cosmo, tras el despliegue de chicas con piernas kilometricas senos turgentes, vientre plano y silueta de revista, te sientes como más fea y más gorda y menos sexy de lo que te sentías esa misma mañana.

Vale, no pasa nada, una activa su mecanismo de defensa, y empiezas a reflexionar que además de que hay muy pocas mujeres en el mundo con ese arquetipo, son mujeres con un peso muy inferior a la media e incluso a lo que se considera saludable, que viven para eso, y que además lo que estás viendo no son mujeres reales porque están retocadas por photoshop, que tú no tienes que parecerte a eso y que eres rebonica y que no te sientas mal con tu cuerpo, etcetera. Y estás en este conjunto de pensamientos cuando tu compañero de sofá no puede evitar soltar un grito de macho babuíno: ‘JODER QUÉ BUENA QUE ESTÁ’.

Y yo igual soy muy quisquillosa, pero me sentó jodidamente mal. Un tío que me ha mostrado en muchas otras ocasiones su compromiso con el feminismo y acaba de convertirse en un mono de culo rojo. Además de sufrir un cortocircuito, sentí cierta decepción y sin embargo no reaccioné en ese momento. Os sonará lo de “no querer contrariar’, verdad queridas? Me jodió también, todo hay que decirlo, debido a la atracción que yo sentía por este chico. Y ahí que mi mecanismo de defensa se quedó averiado un rato. Vaya, que menuda chafada…estos son los cuerpos que le gustan? Porque ese es el mensaje que me acabas de lanzar, querido.

Y esta anécdota, que puede parecer insulsa, a mí me sirve para reflexionar sobre algo más amplio. Me sorprende bastante que muchos hombres que se autodenominan feministas rechacen de plano el replantearse sus gustos estéticos. Y además, que se vean en la imperiosa necesidad de anunciarlos públicamente, pero esto es para otro artículo. Que naturalicen (como si el concepto de belleza y su relación con la salud no fuera un invento reciente y en realidad lo que expresa es belleza y clase) o vean normal que les gusten las modelos de lencería prototípicos, aunque ‘las chicas de Dove también están muy bien’, pero no nos engañemos, las que están más arriba en la jerarquía estética, son del tipo Victoria Secret. O eso veo, eso escucho, eso leo y eso me justifican. Sin plantearse si esos gustos, ese concebir ‘la que está buena es esta, y de ahí ‘para abajo’ me las follo alegremente, pero el premio gordo sería la supermodelo’, le vienen dados desde fuera.

Y a mí esa especie de construcción jerárquica me parece deleznable. A mí, que también me siento atraída por chicas, no me atraen ese tipo de mujeres. Y no porque caiga en el juego eterno de que ‘las guapas tienen que ser tontas’. No, no. Ni arpías, bordes, creídas, etcétera. Es simplemente que me gusta darme la oportunidad de elaborar mis propios gustos y me gustan más otras chicas y lo que para mí es ser guapa, o ‘estar buenísima’. Y puedo ser igual de superficial en mi juicio, hablo meramente de atracción física ahora mismo. Algo que por supuesto se modifica con la atracción emocional o intelectual que una persona te produce

Será porque cuando veo los anuncios, tengo activado mi visor de ‘photoshop, esto no es real, y qué demonios, daría igual que lo fuera porque no tendrías por qué convertirte en eso’. Y pienso en chicas que viven a dieta, con todo su tiempo para dedicarlo a eso, que normalmente tienen un IMC por debajo del saludable, y que encima han sido maquilladas a lo bestia, con una iluminación determinada, y retocadas después por ordenador. Será que a través de eso he desarrollado el gusto por otros arquetipos, precisamente por rechazo al daño que a mí misma y a tantas amigas nos ha provocado este estúpido y esclavizante mito de la belleza. Y sobre la obsesión por adelgazar y vomitar o matarse de hambre que no se confiesan, sopena de ser tratada como una superficial sólo centrada en el físico, tengo que escribir también otro día.

Tampoco me gustan los modelos de anuncio de calzoncillos. También se me enciende la alarma del photoshop, o de que tiempo de más que se pasa en el gimnasio, tiempo que le quitas a otras partes de la vida, entre ellas una visita a la biblioteca. Aunque también sea cierto que ‘estar cachas’ no es sinónimo de lerdo sin sustancia. Ok. Pero no puedo ni quiero evitarlo, me ponen más otros cuerpos.

Me he replanteado a lo largo de mi vida qué es lo que me bombardea cotidianamente la publicidad y si realmente esos son los cuerpos que yo deseo o si voy a condicionar mis gustos a lo que me venda una maldita tele. Y la verdad es que no. He follado con una amplia variedad de cuerpos y rostros muy diversos, y mi conclusión es que no tengo yo esas tentaciones de tener a modelos de Calvin Klein en la cama (o el coche, o el parque, o donde sea). Aunque alguna vez haya bromeado con ‘bomberos en lucha’. Los cuerpos que en general me gusta lamer, besar, acariciar o arañar o los tíos en los que pienso cuando me masturbo, no saldrían en ninguna portada…eso que se pierden sus lectorxs. Y me siento muy a gusto por verme (o haberme) liberada de ese tipo de jerarquías físicas.

Ya sabéis, existe cierta especie de ‘yo te quiero como eres, aunque ya si fueras tú pero en este cuerpo de anuncio, molaría que te cagas’. O si estuvieras más cachas/buenorra. Mmhno. Y no es si quiera ese ‘acepto’ tu cuerpo ‘porque te quiero’. No. Sino mas bien: ‘Es que me pones mucho, y es tu cuerpo, y es tu postura, y es tu actitud, y tu lenguaje corporal, y tu jodida sonrisa, y la mirada, y la forma de andar, o de coger las cosas, o de escribir, o de apartarte el pelo. Y eso es incluso al margen de que me parezcas interesante o inteligente. Todo eso es físico también, e igual de superficial quizás. Porque no significa que todas las personas que me caen bien, que me parecen inteligentes, de vida apasionante, cerebros a absorber, me las quiera follar. Ni lo contrario, que no me despierte deseo sexual una persona que no conozco de nada. Sí, no soy tan marciana, sigo juzgando por el físico mi primera atracción sexual, aunque esta pueda cambiar, para bien o para mal, una vez que intercambiamos palabras.

Simplemente sucede que me niego, y me está saliendo muy bien, a que me impongan con su maldito bombardeo mediático hasta los cuerpos que tienen que hacerme lubricar. Que quien te tiene que parecer guapo es este futbolista, este actor y este modelo. Y que digan lo que digan, nos gustan los tíos así y las tías asá. Y que en realidad lo más que hacemos es conformarnos, con nuestros propios cuerpos o con los de nuestrxs compañerxs sexuales. Conformarme yo? No, no, yo disfruto y aspiro a lo que más me provoca atracción, deseo, placer. Cómo? que es el mercado quien va a marcar mis gustos en eso?? Nanaina, que no!!

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